El Fuerte de Santa Catarina representa una de las últimas construcciones militares filipinas en territorio algarvío.
Considerado el mejor lugar para la defensa de la barra del río Arade, el Fuerte de Santa Catarina fue edificado donde ya existía una ermita dedicada a Santa Catarina de Alejandría, de la cual todavía subsiste el frente gótico primitivo en el interior de la fortificación. Aunque fue diseñado en 1621, la obra se inició sólo ocho años más tarde, en 1629, y se terminó en 1633. Del proyecto del siglo XVII, apenas queda la fachada principal, dispuesta en tres baluartes simétricos, estando el central ligeramente retraído. Tiene gruesos pilares y dintel compuesto por piedras acolchadas, lo que confiere una cierta monumentalidad a la entrada y contrasta con el predominio horizontal.
El Fuerte de Santa Catarina fue objeto de significativas obras de recuperación y remodelación entre los siglos XVIII y XX. En estas obras, parte del peñasco sobre el cual se encuentra la fortaleza fue reforzado con construcción moderna, lo que permitió una ampliación del área del mirador.
Paralelamente, el progresivo sedimento de la barra y el consecuente aumento del arenal, permitieron el aprovechamiento de toda la estructura como punto de apoyo a la “Praia da Rocha”, disfrutando de vistas sobre toda la cuenca del río Arade, la ciudad de Portimão y su marina.