La fundación del Convento de San Francisco terminó en 1275. Situado junto a la Plaza de la República, en Portalegre, es uno de los edificios más antiguos de la ciudad y fue una de las primeras casas de la Orden de los Hermanos Menores que se establecerá en Portugal.
Se inició como convento masculino, mendicante, de fundación ducentista, con intervenciones renacentistas (sarcófago y retablo), manierista (retablo de la capilla de Gaspar Fragoso y en pinturas murales de las capillas de la nave) y barrocas (altar mayor y paneles de azulejos barrocos en la capilla mayor).
La extinción de las Órdenes Religiosas determinó la rápida degradación del convento, parcialmente adaptado como cuartel. La iglesia pasó también a posesión militar en 1910, época en la que dejó de estar abierta al culto.
Todavía, en el siglo XIX, las alas conventuales fueron alteradas y ampliadas para la instalación de una fábrica de la industria del corcho, la Fabrica Robinson, la más antigua y una de las mayores fabricas de transformación del corcho del mundo. Sus dos chimeneas son un exlibris de la ciudad.
Además de estas y del edificio frontal existen, también, los edificios de almacén y la “cuadra”, que servían de anexos a la estructura principal del convento, el taller de plancha y almacén de plancha, que servían ambos para almacenar y tratar las planchas de corcho en bruto y, además, el edificio de tapones, ya del final del siglo XIX.
A las estructuras del complejo fabril, que llegó a dar empleo en la ciudad a millares de trabajadores, tanto las originarias del antiguo convento como a las erigidas de inicio, se suman las habitaciones de los trabajadores y propietarios, así como las infraestructuras de apoyo (ejemplo: guardería).