Con características del llamado Románico del Alto Miño e influencia gallega, el Monasterio de Sanfins de Friestas sobresale en el paisaje donde se sitúa, rodeado por un monumental bosque de robles a 200 metros de altitud, disfrutando de extensas vistas sobre el valle del rio Miño.
Se destaca la iglesia románica que se remonta al año 604 D.C, con alteraciones posteriores. Al norte y al este de la iglesia y alrededor de un patio perduran las ruinas del monasterio benedictino de dos pisos, así como un acueducto y pequeños anexos. En el primer nivel permanecen arcos labrados en granito y algunos interiores con bóvedas. Parte del pequeño claustro tiene características del siglo XVI y el segundo nivel presenta ya características del siglo XVIII.
En este Monasterio vivió algún tiempo San Francisco de Borja (1510-1572), de la Compañía de Jesús.
El área destinada para el uso turístico es la totalidad de las edificaciones, a excepción de la iglesia.